Di adiós a la deuda técnica: soluciones de metodología ágil para un desarrollo sencillo

La deuda técnica es un concepto en el desarrollo de software que describe el costo futuro de elegir una solución rápida o fácil ahora en lugar de un enfoque mejor pero más lento. 

Si los desarrolladores dan prioridad a la velocidad sobre la calidad del código, se obtienen soluciones subóptimas que requieren refactorización o mejoras en el futuro. Esto supone el doble de trabajo para los equipos, ya que consume sus presupuestos, los recursos y los plazos del proyecto. 

Por ejemplo, usar una biblioteca obsoleta porque es la que más se conoce o codificar valores que deberían ser configurables puede parecer eficiente en el momento, pero más adelante provocará costosas modificaciones, como por ejemplo:

• Volver a escribir un código problemático que falla cada vez que cambia una función relacionada.

• Refactorizar un módulo que no estaba diseñado para escalar con el aumento de usuarios o datos.

• Reemplazar dependencias obsoletas que ya no reciben actualizaciones de seguridad.

• Separar los componentes estrechamente vinculados para que las funciones se puedan crear e implementar de forma independiente.

Los programas de desarrollo de software tradicionales suelen seguir un enfoque de desarrollo basado en fases, que consiste en: desarrollo de funciones, alfa, beta y la fase principal final.

Cada publicación de software empieza con una fase en la que se crean nuevas funciones e, idealmente, se corrigen las incidencias heredadas de la publicación anterior (aunque, para ser sinceros, esto casi nunca es así).

• Alpha: cuando cada función está implementada y lista para probarse. 

• Beta: empieza cuando se han corregido suficientes errores como para permitir el feedback del cliente. Pero mientras el equipo está ocupado corrigiendo los errores suficientes como para llegar a la versión beta, van apareciendo otros nuevos que contribuyen a la deuda técnica. Es un problema crónico: cuando ya has arreglado un error, surgen otros dos más. 

• Cero errores abiertos: normalmente, esto se consigue solucionando algunas incidencias conocidas y aplazando el resto hasta la siguiente publicación. 

Posponer las correcciones de errores hace que la deuda técnica se vaya acumulando cual bola de nieve. Cuanto más crece el backlog, más abrumador resulta abordarlo. El desarrollo se ralentiza, los plazos se retrasan y los clientes sufren defectos persistentes. En lugar de dejar que la deuda técnica se descontrole, la adopción de prácticas ágiles puede proporcionar un enfoque más sostenible.

Entender la deuda técnica implica reconocer que no todas las deudas se crean de la misma manera. Estas son las principales categorías de deuda técnica: 

• Deuda deliberada: los casos en que los equipos toman atajos con la intención de cumplir con los plazos o lanzar funciones con mayor rapidez. Es una decisión consciente en la que los desarrolladores entienden que están creando actividades para realizar más adelante, pero dan prioridad a la velocidad antes que a la perfección. 

• Deuda accidental: crear un código de mala calidad puede ocurrir de forma involuntaria. Un desarrollador puede malinterpretar los requisitos o el equipo puede carecer de experiencia con una tecnología en particular. Este tipo de deuda técnica surge de errores involuntarios más que de decisiones estratégicas. 

• Bit rot: incluso un buen código puede causar problemas con el tiempo. A medida que los sistemas evolucionan, las dependencias cambian y se añaden nuevas funciones, el código que antes era sólido puede quedar obsoleto o volverse incompatible con los componentes más nuevos.

Los equipos acumulan deuda técnica por varias razones, a menudo sin darse cuenta de lo que está sucediendo. Las causas comunes de la deuda técnica son: 

• Plazos ajustados: cuando la gestión de productos exige una entrega más rápida, se toman atajos. Las correcciones rápidas reemplazan las soluciones adecuadas, lo que crea una deuda que se va acumulando con el tiempo. 

• Falta de pruebas: saltarse las pruebas puede ahorrar tiempo al principio, pero los errores que se dejan pasar crean cargas de mantenimiento continuas que retrasan el desarrollo futuro. 

• Mala comunicación: cuando las prácticas ágiles de gestión de proyectos fallan, los desarrolladores pueden malinterpretar los requisitos o hacer suposiciones que conducen a trabajar dos veces en la misma tarea. 

• Brechas de habilidades: los equipos que trabajan con tecnologías desconocidas suelen crear soluciones subóptimas que deben ajustarse una vez que aumenta la experiencia. 

• Requisitos en desarrollo: a medida que la estrategia del producto cambia, es posible que el código que alguna vez tuvo sentido ya no se alinee con la visión actual y se convierta, de hecho, en deuda técnica.

La parte más difícil de la deuda técnica es que, a menudo, es invisible hasta que empieza a causar problemas reales. Para entonces, ya te habrás quedado atrás. Por suerte, hay formas sencillas de identificarla antes de que se convierta en una incidencia grave.

Estos son los métodos más efectivos para identificar la deuda técnica lo más pronto posible: 

• Revisiones de código: las revisiones periódicas entre compañeros suelen revelar áreas en las que se han tomado atajos o en las que la complejidad ha aumentado más allá de los niveles manejables. 

• Métricas de complejidad: las herramientas que miden la complejidad del código pueden ayudar a identificar las secciones problemáticas que requieren atención. La alta complejidad ciclomática o la anidación profunda suelen indicar las áreas que están listas para la refactorización. 

• Comentarios de los desarrolladores: los miembros del equipo que trabajan en el código a diario pueden detectar patrones y puntos débiles que las métricas podrían pasar por alto. Sus conocimientos son muy útiles para identificar los puntos de fricción que ralentizan el proceso de desarrollo. 

• Supervisión del rendimiento: los tiempos de respuesta lentos o los picos en el uso de los recursos pueden indicar problemas técnicos subyacentes que requieren atención. 

Los errores recurrentes o los retrasos inesperados también indican una deuda oculta que está ralentizando el progreso. Si siguen apareciendo el mismo tipo de problemas o los cambios simples tardan más de lo esperado, suele ser una señal de que la deuda técnica está afectando a la velocidad de tu equipo.

Tanto si se trata de soluciones rápidas realizadas con plazos ajustados, requisitos en constante evolución o sistemas obsoletos, la deuda técnica puede acumularse. Y lo más probable es que hayas heredado parte de esta deuda si has trabajado con código heredado. 

Sin embargo, estos consejos te ayudarán a gestionar la deuda existente y permitirán a tu equipo centrarse en lo divertido, como el desarrollo de nuevas funciones. 

1. Establece una definición clara de deuda técnica

En ocasiones, los desarrolladores y gestores del producto no están de acuerdo sobre qué representa una deuda técnica. Acabemos con la polémica:

Desde el punto de vista del desarrollo, existe la tentación de caracterizar la actividad arquitectónica como deuda técnica. Según la naturaleza del cambio (como reemplazar un acceso rápido por la solución "real" en lugar de dividir una base de código monolítica en microservicios), puede que se trate o no de deuda técnica.

Por otro lado, la gestión de productos a menudo siente más urgencia en crear nuevas funciones que en corregir errores o ralentizar el rendimiento. 

Para evitar que ninguna de las partes se canse, todos deben entender la distinción entre la deuda técnica, los cambios arquitectónicos deseados en la base del código y las nuevas funciones. Una comunicación clara entre el desarrollo y la gestión del producto es igual de importante para priorizar el backlog y hacer evolucionar la base de código. 

2. Integra las pruebas en tu flujo de trabajo

Asegúrate de que las pruebas estén integradas en el ciclo de desarrollo inicial para detectar y abordar las primeras incidencias. Empieza por establecer una definición clara de "completado" y evita aplazar las pruebas. 

Define "Completado" no solo como la funcionalidad completa, sino también como probada y lista para su lanzamiento. Esto significa añadir una tarea de prueba independiente a la historia de usuario original. Si las pruebas no se realizan como parte de la historia original o de la corrección de errores, la historia original o la corrección de errores no se realizan. 

Es demasiado fácil aplazarlas y esto solo invita a la deuda técnica.

3. Automatiza la eliminación de errores

Cuando alguien encuentre un error en el software, dedica un momento a añadir una prueba automatizada que lo demuestre. Cuando el error esté corregido, repite la prueba para comprobar que la pase. 

Esta es la esencia del desarrollo basado en pruebas, un método consagrado para conservar la calidad del desarrollo ágil.

No es fácil cambiar la filosofía del equipo (ni la de las partes interesadas del equipo) en cuanto a la gestión de la deuda técnica. A veces, es preferible acortar el tiempo de desarrollo para llegar antes al mercado. Teniendo esto presente, repasemos algunas medidas para domar esa deuda técnica:

• Informa al propietario del producto sobre el coste real de la deuda técnica: asegúrate de que los valores del punto de historia sean precisos para las historias futuras que requieran la resolución de la deuda técnica existente.

• Modulariza tu arquitectura: adopta una postura firme con respecto a la deuda técnica en los nuevos componentes o bibliotecas de la aplicación. Una vez que la agilidad de estos nuevos componentes se vaya notando, los equipos naturalmente querrán extender esas prácticas a otras partes del código.

• Escribe pruebas automatizadas: nada previene mejor los errores que las pruebas automatizadas y la integración continua. Cuando encuentres un nuevo error, escribe una nueva prueba para reproducirlo y, luego, soluciona la incidencia. Si ese error vuelve a aparecer, la prueba automatizada lo detectará antes que los clientes.

El concepto de deuda técnica se puede ilustrar con unos sencillos ejemplos:

Considera usar un equipo que codifique las conexiones a la base de datos en lugar de utilizar un sistema de configuración. Esto permite ahorrar tiempo al principio, pero crea problemas al implementarlo en diferentes entornos. 

Otro ejemplo es omitir el manejo adecuado de errores para cumplir con un plazo, lo que hace que el sistema acabe siendo vulnerable a bloqueos que requerirán soluciones de emergencia más adelante. 

Una buena gestión de la deuda puede implicar elegir deliberadamente un algoritmo más simple que sea más fácil de entender y mantener, incluso si es un poco menos eficiente. Una mala gestión es como apilar varias soluciones rápidas una encima de la otra sin abordar la causa principal. 

Los equipos pueden usar Jira para supervisar, priorizar y abordar la deuda técnica junto con la actividad regular de funciones. Crea tipos de incidencias específicas para las deudas técnicas e inclúyelas en tu proceso habitual de planificación de sprints. 

Usa las funciones de planificación de recursos para dedicar tiempo a reducir la deuda y aprovecha las herramientas de gestión de recursos para hacer un seguimiento de los procesos. Configura flujos de trabajo para que todas las partes interesadas puedan ver la deuda técnica, no solo los desarrolladores. 

Con Rovo Dev, los equipos pueden llevar esto aún más lejos con la IA para automatizar las tareas de codificación rutinarias y acelerar la refactorización. Rovo Dev puede compilar flujos de trabajo de varios pasos, extraer la información y planificar, generar y revisar código a escala. Al reducir este esfuerzo de identificar, planificar y abordar la deuda técnica, Rovo Dev ayuda a los equipos a desarrollar software de mayor calidad en menos tiempo.

Contar con esta transparencia ayuda a los gestores de productos a comprender el coste real de la deuda acumulada y hace que sea más fácil justificar el tiempo que se dedica al mantenimiento. 

Prueba Jira

¿Qué es la deuda técnica en scrum?

En scrum, la deuda técnica representa la actividad que hay que hacer para mantener la calidad del código y el estado del sistema. Los equipos de scrum abordan esto incluyendo los elementos de la deuda en los backlogs de sprints y tratándolos con la misma prioridad que cualquier otra actividad. 

¿Cómo evitar la deuda técnica?

La prevención de la deuda técnica comienza con una planificación adecuada, revisiones periódicas por pares y pruebas automatizadas. Crear una cultura que valore la calidad del código a largo plazo por encima de la velocidad a corto plazo ayuda a los equipos a tomar mejores decisiones arquitectónicas desde el principio. 

¿La deuda técnica siempre es mala?

No necesariamente. La deuda técnica estratégica puede ser aceptable cuando los equipos eligen conscientemente la velocidad en lugar de la perfección por motivos comerciales válidos. La clave es gestionarla intencionadamente en lugar de dejar que se acumule accidentalmente.

¿Quién paga la deuda técnica?

Todo el mundo paga la deuda técnica. Los equipos de ingeniería dedican más tiempo al mantenimiento, mientras que los equipos de producto experimentan una entrega de funciones más lenta y los clientes encuentran más errores. Tanto ingeniería como productos comparten la responsabilidad de gestionar la deuda de forma eficaz. 

¿Cómo se mide la deuda técnica?

Usa herramientas como Jira para rastrear los elementos de la deuda, medir el tiempo de resolución y monitorizar las tendencias. Las auditorías de código periódicas, las métricas de complejidad y las encuestas a los desarrolladores pueden ayudar a cuantificar el alcance y el impacto de la deuda acumulada.